La sexualidad infantil es un proceso que se desarrolla gradual y paulatinamente y no tiene las características que le damos los adultos.
Al hablar de sexualidad infantil se pretende reconocer la existencia, en esta etapa de la vida, de excitaciones o necesidades genitales precoces, así como también la intervención de otras zonas corporales (zonas erógenas) que buscan el placer (por ejemplo la succión del pulgar) independientemente del ejercicio de una función biológica (la nutrición). Es por esto que el psicoanálisis habla de sexualidad oral, anal, fálica, genital.
Un adolescente con cualquier tipo de discapacidad motora tiene deseos, necesidades y sentimientos, y tiene derecho a expresarlos por los
caminos que sean posibles y aceptables para él.
La educación sexual brindada al grupo de adolescentes con estas discapacidades es, generalmente, inferior a la ofrecida al resto de sus pares.
Estos jóvenes se encuentran inadvertidamente
excluidos y ciertas discapacidades pueden dificultar establecer una relación de pareja estable.
INFLUENCIA DEL ENTORNO
Los adolescentes con discapacidades se enfrentan a problemas que el
resto de los adolescentes no tendrá.
No se debe minimizar o negar esta
realidad.
Los adolescentes con discapacidad aspiran
a una sexualidad igual a la de los jóvenes de su
edad y tienen sus mismas necesidades, pero para
satisfacerlas necesitan ayuda. Carecen de intimidad, ya que sus cuerpos están desde edades muy
tempranas en manos de otros: sus padres, médicos, fisiatras. Generalmente, no se habla con ellos
sobre sexualidad, tanto por falta de información y
entrenamiento, como por inhibiciones del paciente y de los mismos profesionales.
La recuperación de la sexualidad es un elemento importante en el éxito de la rehabilitación y mejora tanto la autoestima como los vínculos familiares y sociales. Los pacientes con desajustes sexuales presentan mayor ansiedad, depresión, irritabilidad y preocupación por su cuerpo. En los centros de atención y rehabilitación no suelen tratarse aspectos relacionados con la sexualidad. Estos deberían incluirse desde las primeras consultas y la sexualidad reafirmarse como una actividad normal del ser humano. El profesional debe mostrar una conducta proactiva y atraer la confianza del paciente, respetar sus creencias religiosas y morales y, sin forzarlo, generar espacios que le permitan hablar del tema. No finaliza aquí su función.
La recuperación de la sexualidad es un elemento importante en el éxito de la rehabilitación y mejora tanto la autoestima como los vínculos familiares y sociales. Los pacientes con desajustes sexuales presentan mayor ansiedad, depresión, irritabilidad y preocupación por su cuerpo. En los centros de atención y rehabilitación no suelen tratarse aspectos relacionados con la sexualidad. Estos deberían incluirse desde las primeras consultas y la sexualidad reafirmarse como una actividad normal del ser humano. El profesional debe mostrar una conducta proactiva y atraer la confianza del paciente, respetar sus creencias religiosas y morales y, sin forzarlo, generar espacios que le permitan hablar del tema. No finaliza aquí su función.
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